domingo, 18 de septiembre de 2011

JOSE MARÍA POSADAS: El Maestro.

BAJO ESTAS LINEAS: Mi maestro, Jose María Posadas (Posaditas), dándome clase en casa de mis padres, hacia 1978. Nacido en Linares, a comienzos del siglo XX, vivió y se formó aún en los años en los que la guitarra era solo Una y no se dividía en clásica y flamenca. Bebió las fuentes del flamenco más puro, en las que Niño Ricardo o Sabicas fueron sus herederos y transmisores. Tanto como se formó en la España que adoraba e interpretaba al Tárrega y a los clásicos revividos y transportados a la guitarra por Andrés Segovia (también de Linares). En esos posos y con aquellos barros me formó. Aunque el motivo de haber sido yo guitarrista, tan solo se debió a su bondad, pues a mí personalmente no me gustaba mucho la aquel instrumento (ni el flamenco). En los años de mi adolescencia me apasionaba lo más clásico -el piano, el violín, o las obras para laud-; pero el maestro Posadas, viendo que tenía yo condiciones, tuvo la enorme paciencia de hacerme guitarrista (sin quererlo yo). Su bondad y su temple eran incomensurables; tanto que no pude negarme a ser músico y a interpretar lo que él quería que yo aprendiera. Porque es el maestro verdadero aquel que nos talla la madera; después, uno a sí mismo, solo se da la policromía -lo que quizás vulgarmente se llama "darse el pote"-.

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Han sido muchas las veces que me he planteado por qué "salí" guitarrista. Pues, aunque en principio fui para abogado, el Derecho se me torció; y es que tenía menos vocación que el que se metió a fraile cuando lo que le gustaba era el vino. Así, que fue de esperar que no saliera abogado, ya que en ello solo me movía "hacer lo que todos hacían" . Pero me fui para lo jurídico, ya que quizás a los dieciocho no me atreví a dar "el salto" que tras "la Mili" y a los veintitrés, sí que dí: Tras plantarme y replantearme la vida. Y es que el ejército da mucho que pensar, tanto como muchas horas para hacerlo. Porque tras año y medio en Sevilla, de soldado en el Cuartel General, partiendo y departiendo por las mañanas con "los meletares" (a los que les encantaba mi guitarrita) y por tardes con los que iban a los colmaitos a cantar y a tocar; tuve que girar ciento-ochenta grados en mis sentimientos. Para colmo, me había tocado Sevilla -capital de los Tartessos; como por entonces nos decía mi amigo Amos García Rey-. Y es que Tartessos, era mi segunda devoción. Ya que si la música suponía mi vocación, la arqueología y el mundo tartessio colmaban mi verdadera ilusión. Tanto fue el impacto emocional que allí, junto al Guadalquivir y en esos años del 82 al 83, hasta al más serio del Planeta se hubiera convertido en un Séneca del Flamenco. Tanto fué así que al volver de la Mili ya no hubo forma de que los libros jurídicos encajaran mucho en mi vida... .
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Algo miento, puesto que intenté a mi regreso de Sevilla "ir para" profesor de Historia del Derecho; pero la tesina -ahora se llaman "papers"- que fui preparando para convertirla en tesis sobre Protohistoria jurídica y Tartessos, me dijeron que no valía para nada. Me desilusioné bastante, aunque me "animé" mucho a seguir con mis estudios (ya de forma autodidacta), al verla publicada por otra persona -poco tiempo después y con otro título...- . Sobre todo al saber que la había editado la empresa más importante de libros de arqueología. Y es que todo ello, no deja de ser un honor; pues al fin y al cabo, el libro sigue siendo el escrito por mí, en 1984.
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Así en esos años y pasando por esas vicisitudes en las que los únicos ánimos verdaderos me los daban los músicos y las únicas risas divertidas, las "había hecho" en Sevilla (dentro y fuera del cuartel). Llegó un día en el que me planteé seguir adelante con la guitarra. Era vocación tardía, pero fuerte y verdadera. Lo peor de todo fué la reacción de mis compañeros de colegio, a quienes -exceptuando un par de ellos-, aquello de dedicarse a la guitarra les sonaba peor que ir a pedir limosna. Muy por el contrario, mis amigos de la facultad me aplaudían en mi decisión. Lo mismo sucedió con mis padres, quienes viendo que no paraba de tocar y que con veinte años ya había compuesto Tartessos -presentado en Sevilla en 1982, donde me llamaban "maestro" hasta los catedráticos de flamencología-, dijeron que hiciera lo que considerase más honrado y honesto para mi vida. Así, fue como me dediqué definitivamente a la guitarra. Un martirio a veces, pues no hay día en el que toque menos de seis horas para estudiar y mejorar.
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Aunque, como ya hemos visto en el "pié de foto" anterior, el motivo fundamental de "salir guitarrista" fué el Maestro que tuve (lo escribo con mayúsculas, porque aquel era: El Maestro). Algo que no sé si muchos han tenido, pero para todo aquel que se haya formado con un genio de la enseñanza y de la paciencia, comprenderá lo que escribo. Y es que aquel hombre que me hizo músico, se llamaba Jose María Posadas y era la mejor persona que nunca conocí. Tan solo en mi suegro (el padre de mi mujer) volví a ver aquellas dotes de paciencia y bondad, que para mí se hacen incomensurables e incomprensibles. Y creo que aquellos dos marcaron fuertemente mi carácter, que se hace incapaz de tener esas dotes que tanto admiro.
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BAJO ESTAS LINEAS: Mi suegro, Ichitaro Onozuka (a mi derecha, en la imagen). Fue aquel de las mejores personas que he conocido y que quizás había en el Planeta -hasta que se nos fué-. Además, como "artista", creó la obra más bella existente en el Universo: Mi mujer (a mi izquierda en la foto). Mi suegro era otro gran Maestro (con mayúsculas), con tremendas dotes de paciencia y de bondad; aunque en su caso y en su sabiduría no pude seguirle, ya que era un Maestro de la botánica y del paisajismo.
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Pero regresando a cómo me hice guitarrista, diremos que yo era fundamentalmente un simple melómano que por entretenimiento tocaba la guitarra. Comencé con ella a los cinco o seis años (como entonces se hacía en España), pero a los diez empecé a dar clases con Posaditas. Aquel, que vio y conoció mis condiciones y sobre todo mi amor por la música; decidió hacerme concertista -algo que aún está por ver, debido a mi timidez enfermiza; aunque lo de componer música reconocía Posadas que había sido solo "idea mía"-. Pese a ello, viendo que desde los diez años me "inventaba música" (pues componer es otra cosa), se propuso que lo hiciera en guitarra. A mí en verdad, aquel instrumento no me atraía tanto como otros (más clásicos) y el flamenco tan antiguo que me enseñaba, no me gustaba mucho. Pese a ello, con su bondad consiguió convencerme de que lo aprendiera y estudiara y que crease mi música para guitarra.
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Tan solo siete años después de aquello (cuando tenía yo los diecisiete) lloraba cada vez que mo oía tocar lo que me había enseñado. Fue entonces cuando me dijo que nada más me podía ya enseñar y que vendría a casa una vez por semana, para que tocáramos juntos y por repasar lo aprendido. Con ello, lo que quiso fue potenciar que me formara autodidácticamente como compositor y sin su infujo; así lo hice. Desde aquel momento me puse a componer a solas y a estudiar a solas, tanto que tres años después ya tenía obra, que en Sevilla mucho valoraron los flamencólogos. Todo ello y en gran parte, debido a las dotes del Maestro; que me había dejado formarme y hacer lo que yo quisiera, sin intervenir en mis gustos, ni menos en mi forma de hacer las cosas. Tan solo facilitándome el medio de aprender, más nunca parando mis intenciones, ni dirigiendo mis sentimientos o interviniendo en mis gustos.
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Y es que eso era lo que significaba ser un maestro, lo que fué José María Posadas; quien conseguía hacer a todos amar la guitarra. Ello solo con su bondad y sus dotes de genio como Maestro (con mayúsculas).
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BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado foto mía cuando empecé con la guitarra, a los seis años. Fueron M.Jose, Isabel y Raquel (quienes trabajaban en casa), las que me regalaron mi primera guitarra por la "Comunión", cuando tenía yo seis años. Antes ya la tocaba un poquito y a ellas les encantaba, tanto que intenté enamorar a Jose (que era guapísima) con mis melodías. En la foto de abajo: Tocando la guitarra, junto a mi maestro, Jose María Posadas, unos diez o doce años depués de la foto anterior (imagen tomada en casa de mis padres, hacia 1978, cuando tendría yo diecisiete años).

8 comentarios:

  1. Realmente me alegra haber encontrado este blog, pues no pude hallar datos acerca del "Niño" Posadas por Buenos Aires. Acabo de terminar mi tesis sobre los españoles que intervinieron, de una manera u otra, en el cine argentino entre 1936 y 1956, y necesitaba algo de el Maestro. Si Ud pudiera informarme al menos de fechas le quedaré muy agradecida.

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  2. Agradeciendo sus palabras paso a darle algunos datos que recuerdo de mi maestro Jose Ma.Posadas (Posaditas). A más de decirle que era una buena persona, como las mejores que nunca conocí; y su bondad me "obligó" a hacerme músico. Pues estando yo en cuarto de Derecho con veintidós años, me dijo tantas veces -"¿Angel, vas a ser abogado... Y con la guitarrita que hacemos,,,, Con lo lindísimo que la tocás?"- ; que no pude oponerme a seguir estudiándola seis horas a diario, dejando colgada la toga por esta locura que es "tocar para nadie" (pues a nadie le interesa ya lo que hago). Su hija (Susana, que es pianista) aún vive en Madrid y probablemente la pueda localizar en el consulado o en la embajada de Argentina (ya que recuerdo que desde hace unos treinta años dirigía el consulado).
    Por lo demás, paso a narrarle algunas cosas de Posaditas: Se fue con Angelillo a Argentina hacia 1937; allí vivió y rodó varias peliculas, obteniendo gran éxito en el teatro (donde a diario solía acutar). Muchas de sus películas las hizo con el mencionado "Angelillo", del que era su mejor amigo y acompañante. Algunas veces, durante los años setenta, estábamos viendo la TV española y le encontrábamos tocando en estos filmes en los que Posadas recuerdo que salía vestido de muchas formas, conforme el argumento precisaba -hasta de soldado español (durante la francesada) y con la guitarra acompañando a Angelillo-. Posteriormente y tras casarse con su mujer (María), decide volver a España donde desarrolló una actividad docente inigualable, ya que a las dotes de músico se unían las de santo que tenía. Una paciencia budista y un tesón increíble para enseñar, hicieron de él uno de los maestros más solicitados por entonces. Dejé de verle a mediados de los años noventa, pues tras fallecer su mujer quedó muy "mermado" emocionalmente y le costaba volver a ver a gentes de su pasado. Nati Mistral podrá ampliarle datos que le doy, pues sé que Da. Nati le quería mucho y actuó con él en varias ocasiones. Si quisiera contactar con su hija, creo que lo mejor sería a través del consulado argentino. Reciba un fuerte saludo en memoria de una de las personas más buenas, más íntegras, má alegres y de mejor carácter e intenciones que nunca vi en mi vida. Atentamente: Angel

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  3. Hola busco información de un discípulo del maestro Posadas llamado juan cervantes. Si sabes algo o hay foto de él por favor pasarmela si podéis a mi correo gilsanchezjj@gmail.com es para un trabajo de la historia de un festival en Madrid donde el actuó. Gracias

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  4. Hola busco información de un discípulo del maestro Posadas llamado juan cervantes. Si sabes algo o hay foto de él por favor pasarmela si podéis a mi correo gilsanchezjj@gmail.com es para un trabajo de la historia de un festival en Madrid donde el actuó. Gracias

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    1. No tengo información sobre Juan Cervantes. Puede Ud. quizás dirigirse a la hija del Maestro Posadas, que quizás siga trabajando en el Consulado de Argentina en Madrid. Se llama Susana Posadas y quizás ella le informe.

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  5. No tengo información sobre Juan Cervantes. Puede Ud. quizás dirigirse a la hija del Maestro Posadas, que quizás siga trabajando en el Consulado de Argentina en Madrid. Se llama Susana Posadas y quizás ella le informe.

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  6. Es realmente una bendición haber dado con este blog. Tuve la suerte de conocer en persona al Maestro Posadas gracias a mi profesora de guitarra Sofía Eliçabe Urriol, "Fifa" para los afectos.
    No recuerdo con exactitud, estimo entre 1967 y 1970, el Maestro tuvo la gentileza de visitar mi casa en dos oportunidades ... gratos momentos en los cuales se integró como uno mas de la familia, nos deleitó con la guitarra, sus anécdotas y nos ilustró sobre danza flamenca haciendo "bailar" en el lomo de la guitarra los dedos de su mano derecha entre rasgueo y rasgueo. ¡Una excelente e inolvidable persona y un guitarrista fenomenal!

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