jueves, 1 de septiembre de 2011

¿ARTESANÍA, O ARTE?

JUNTO ESTAS LINEAS: Comenzamos la entrada de hoy con una pieza de orfebrería que tiene más de treinta siglos de antigüedad y que convencionalmente debiera clasificarse como artesanía. Se trata de un vaso en plata (riton) del siglo XIII a.C. de origen Anatolio (Hitita), perteneciente a la Coleccón Norbert Schimmel de Nueva York -a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. En principio, este riton hubiera de ser considerado "artesanía", por lo que preguntamos al lector su opinión y si piensa que esta obra tiene menos calidad artística que muchas otras a las que denominamos "artes".

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INTRODUCCIÓN:
En las entradas anteriores hemos querido definir lo que es Arte -en nuestra opinión- pudiendo concluir que se trata de: Todo lo sublime o bello, creado por el hombre. Posteriormente, hemos dividido las artes en dos tipos, con arreglo a sus etapas y modos de creación. Distinguiendo entre Escénicas -dedicadas o creadas para el público-; y Artes Intelectuales -que nacen como "necesidad intelectual", cultural, social o espiritual de hombre; quien las crea para sí mismo y sin ser realizadas frente a un público y ni siquiera con arreglo a la opinión y juicio de los demás-. Aún siendo evidente que todo arte debe tener primero una etapa intelectual y luego otra escénica (ponemos por ejemplo el cuadro que se pinta en el taller, para posteriormente pertenecer a un retablo -una "escena"-); hay muchos casos en los que la obra carece del primero o del último proceso. Ello es lo que sucede con la poesía o la literatura, que en principio solo nacen como "ejercicios intelectuales" (prescindiendo prácticamente del público). Tanto como sucede a veces en el espectáculo, donde muy al contrario, los artistas de la escena se deben a su público y de ello que en ocasiones prescindan de intenciónes intelectuales (e incluso culturales, puesto que quienes disfrutan de su arte, solo desean diversión).

JUNTO ESTAS LINEAS: Recogemos continuación un exvoto ibérico, unos mil años posterior al vaso de plata anterior. Se trata evidentemente de estatuaria religiosa, aunque su calidad desde el punto de vista técnico sea muy baja. De todos modos, si la observamos con detenimiento, bien pudiera ser una obra de Modigliani (por ejemplo... o de Giacometti). En nuestra entrada reflexionaremos acerca de las razones que llevan a considerar una estatua de este tipo ibérica, como un ejemplo de arte de muy baja calidad (pudiendo clasificarse de artesanía). Mientras las de autores modernos semejantes a las arqueológicas primitivas (Modigliani o Brancusi) se tienen por grandes obras de arte. Mediando en todo ello lo que denominamos, "el ejercicio intelectual" en su creación. La pieza de la imagen se trata de una estatuilla oferente ibérica, fechada entorno al siglo III a.C.; hallada en Castillar de Santiesteban, que se encuentra en el museo arqueológico de Barcelona (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen).
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Evidentemente, un poeta es artista, al igual que lo es aquel que representa variedades; pero la intención intelectual de ambos, a veces es casi opuesta. Ello, debido a que el literato por lo común, busca que la Sociedad medite y piense; mientras quienes se dedican al espectáculo en ocasiones pretenden todo lo contrario: Entretener a su público, para que se olviden y no piensen -al menos durante su representación-. Para que entendamos mejor cual es la gran diferencia entre el Artista de Escena y el Intelectual (en todos los campos), llevamos el ejemplo hasta las artes espaciales. Donde se dan pintores que igualmente fueron ajenos a la "escena" de su tiempo y que por ello revolucionaron de algún modo su momento. Este es el caso de Van Gogh, cuyo valor precisamente debe verse en este ámbito en el que su arte es puramente un ejercicio cultural e intelectual, completamente ajeno a las modas y movimientos de su época. Habiendo quedado libre o ajeno a la Escena decimonónica, tanto que no logró vender más de un cuadro en vida -pese a ello, tras su muerte, fue completamente reconocido-.
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La fama de Van Gogh tras fallecer, es un hecho que pudiera justificarse como un "intento inversionista" o de monetarizar el arte; al dar valor a un pintor desconocido, después de su muerte. Pero no es así, porque realmente se viene produciendo desde el momento en el que los europeos tomaron cuenta de que aquellos artistas "malditos", habían captado las corrientes intelectuales de su época. Mientras, la obra de muchos otros que en vida tuvieron gran fama, carecía de interés para las siguientes generaciones. Debido a que los segundos fueron pintores o escultores academicistas, muy preocupados por el aplauso o el éxito (artistas en su mayor parte puramente escénicos). Acudiendo aquellos a salones y galerías, pretendiendo solo vender y triunfar, sin buscar plasmar con los pinceles o los cinceles aquello que se "cocía" en su interior de hombre del siglo XIX. Muy por el contrario, Van Gogh -como otros artistas similares-, se olvida de "escenificar" su arte y de llevarlo hasta el público, preocupándose fundamentalmente de lo que en su intelecto había. Llegando a sufrir enfermedades mentales, por el simple intento de unir el desarrollo de su pintura al de su modo se sentir, o vivir.
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Evidentemente, el problema que planteamos hoy es de difícil solución, pues como veremos, la respuesta al "dónde está la frontera entre la artesanía y el arte", se debe encontrar fundamentalmente en la calidad del propio arte. Es decir, que a nuestro entender, arte es todo aquello sublime y bello, creado por el hombre.... Pero con una calidad técnica o intelectual. Pues de lo contrario, si tiene una baja calidad artística y la obra es fácilmente "imitable" y puede tratarse de simple artesanía. Comenzamos así este artículo en cuyo final podremos encontrar varias respuestas a esas preguntas sobre la frontera o diferencia entre arte y artesanía.


JUNTO ESTAS LINEAS: Traemos de nuevo un ejemplo arqueológico y esta vez con la escultura de un bovino fechada antes del siglo VIII a.C.. Bronce que para los antiguos no tuvo más valor que el del exvoto anterior ibérico, pero que sin duda se trata de una verdadera obra de arte. De tal modo, nos hemos de plantear si el "tratamiento" de artista y artesano tan diferenciado, que ha creado la Sociedad moderna no habrá desvirtuado las verdades del arte, cuyas fronteras con la artesanía solo están en cada creador y en cada obra. Debiendo quizás considerarse como arte, las grandes obras de artesanía; tanto como artesanía, a las mediocres obras de arte. (En la imagen: Vaca hallada en el templo de atenea en Vulni. Propiedad del Museo Encomi en Chipre; al que agradecemos nos permita divulgar su imagen).
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¿ARTE O ARTESANÍA?
El artículo de hoy viene intitulado con una pregunta que nos hacemos en ocasiones: Dónde está el límite y frontera para poder catalogar una obra como arte, o como artesanía. Pareciendo en principio que la cuestión pueda contestarse de manera sencilla y referida simplemente a la disciplina; por lo que: Pintura, arquitectura, poesía, música etc., son artes; tanto como, cerámica, orfebrería etc., serán artesanía. El tema transciende mucho más allá y consideramos que comprende fundamentalmente a cada una de las obras y a cada autor en sí mismo. Llegando a plantearnos por qué una buena pieza de cerámica, o de orfebrería, debe seguir siendo considerada artesanía; mientras, un mal cuadro o una pésima música, continúan catalogadas como "artes" (de baja calidad, pero arte).
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La ideas anteriormente expuestas, chocan con el concepto "moderno" de artista y que por lo común entendemos. Debido que todo arte -fundamentalmente- lleva una firma de autor, mientras la artesanía queda sin rubricarse (poniendo en ella un sello de taller, o una marca). Pudiendo catalogarse hoy como arte, todo "lo firmado y cubierto" con la seña de identidad de un nombre propio -más o menos conocido-; a la vez que artesanal será aquello que se deja a la signatura de un taller -de una fábrica, o de una escuela-. Llegados a este punto, debemos plantearnos si el arte (o la obras de este tipo) no habrán entrado en el concepto de lo notarial o de lo jurídico. Aún más, hemos de reflexionar sobre si las obras de arte no estarán siendo consideradas con una misma pauta a la que tienen los contratos y los documentos económicos. Pudiendo haberse convertido aquellas, en nuevas modalidades de talones firmados, letras de cambio (con signatura); o incluso en "otras formas" de Papel Moneda. Puesto que se llega a un punto en el que lo importante es la firma y quien "firma" la obra; analizándose ello minuciosamente y abandonando a un segundo plano la calidad artística en cada pieza.
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Esta situación nacida en el siglo XX, en la que lo más importante es la signatura del arte y no cómo es en sí mismo, tanto como la imprescindible marca de su autor (la firma y fama). Han generado el extremo de necesitarse una gran cantidad de producción realizada por un mismo creador, quien al no poder ayudarse prácticamente por nadie -pues todo ha de ser por mano de "uno y genial"-, baja enormemente la calidad de su obra, en función de una cantidad, para ponerla en mercado. Consiguientemente, es común que los artistas lleguen a un punto en el que por verse obligados a estar continuamente de gira y conciertos, o bien por necesitar producir grandes cantidades de objetos para vender; quedan estancados o prisioneros en una etapa (en la que conocieron el éxito y que comúnmente suele ser de juventud), sin serles "permitido" evolucionar más.
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JUNTO ESTAS LINEAS: Crátera griega del llamado "pintor de las inscripciones", en la que vemos como en la cerámica, desde los siglos VIII a.C. hubo grandes obras de arte. El dibujo y diseño de estas cerámicas negras, aunque pertenece a unas "escuelas" y se aprendiera a modo de taller, son sin duda alguna un ejemplo del más refinado arte nacido en Occidente. Pese a ello, muchos las catalogan de artesanía; tras lo que creemos pudiéramos clasificar del mismo modo todas las obras nacidas en el taller Renacentista. En la imagen: Heracles venciendo a Geriones, del pintor de las inscripciones; crátera propiedad de la Biblioteca Nacional de París (a la que agradecemos nos permita divulgar la imagen).
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A todo ello, se une algo que nace desde mediados del siglo XX, que podemos considerar el problema de la marca (o la firma), de la que ya hemos hablado. Siendo aquella la que tristemente entrega a la obra un nombre y con ello, su verdadero valor. Un valor cambio que no había sido introducido en el arte hasta entonces, puesto que no sería hasta el siglo XIX cuando los autores comiencen a firmar sus obras, con el fin de dar un verdadero precio a lo que crean. Ese problema del que hablamos, seguramente proceda de la llegada al poder de la burguesía y con el nacimiento de las nuevas tecnologías. Hechos estos que obligarán al artista a crear de manera muy diferente; debido a que los antiguos patronos anteriores al "diecinueve", exigían obras religiosas y realistas (retratar a santos, nobles y ricos). Pero los creadores desde mediados de siglo XIX ya deberán pintar, esculpir o trabajar para otras gentes, quienes pretenden invertir y lucir las obras; solicitando un arte muy diferente al que necesitaban estamentos como la Iglesia, o los grandes príncipes. De tal manera, influidos por el ambiente "inversionista", civil y hasta laico, que imperó hace ciento cincuenta años, e impactados por la creación de nuevas tecnologías -como la fotografía, las pianolas y gramófonos, o la arquitectura del hierro-. Los artistas de fines del siglo XIX y comienzos del XX, iniciarán una carrera en la que sus obras pasarán a "manos libres" y como las acciones de bolsa, cotizarán a la baja y al alza, conforme la Sociedad y los poderosos decidan.
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SOBRE Y JUNTO ESTAS LINEAS: Arte persa. Arriba, frescos de la ciudad de Tell Ahmar; mural palacio rey Tiglatpileser en el que se repersenta una audiencia del siglo VIII a.C. (agradecemos al museo de esta ciudad nos permita divulgar la imagen). Observemos en la pintura que la calidad puede ser considerada de artesanía (de tal manera algunos opinan que fueron pintados por ceramistas). Pese a ello, es muy superior tecnicamente y sobre todo en belleza y sublimación a cuantos otros murales podemos ver en la Historia. Al lado, uno de los dos armelts (torques) del tesoro de Oxus, del siglo VI al V a.C. (perteneciente al Britsh Museum, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Esta es una pieza se clasifica como artesanía, al ser de mano de orfebre, pese a lo que debemos considerarla puro arte; tal como lo es "el salero" de Benvenuto Cellini, que igualmente se trata de una supuesta obra de orfebrería artesanal.
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ARTE Y TALLER
Por todo lo anteriormente visto, parece que desde hace siglo y medio la firma se hizo imprescindible y que la artesanía, quedó como "un arte huérfano" -carente de autor-, por lo que debía pasar a la inclusa de las fábricas (pudiendo entonces considerarse artes industriales, aquellas que antaño fueron las de un taller...) . Pero ante ello, nos preguntamos: ¿Qué es el taller y qué fue del taller?. Pues aunque muchos piensen que el taller era una pequeña fábrica, donde se creaba la artesanía; en ese "lugar de oficios", precisamente nacieron las grandes obras del Renacimiento. Cuyos artistas y creadores comenzaban ingresando allí como oficiales a cargo de un maestro, de los que muchos, en unos pocos años, salían perfectamente formados como maestros de maestros (título que gracias a sus obras, han conservado a lo largo de le Historia). Consecuentemente, hemos de plantearnos si fué "el taller" lo que hizo a los artistas del Renacimiento, o si fue el Renacimiento y sus artistas los que crearon "el taller". La respuesta es inmediata y nace solo de una evidencia: El Taller es muy anterior al Renacimiento... . 





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SOBRE Y JUNTO ESTAS LINEAS: Arte visigodo. Arriba, capitel de Villalonso y al lado, ara o pie de altar visigótico del museo de Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Ante la pregunta de si los "objetos" de taller son arte o artesanía, pudiéramos concluir que los visigodos prácticamente no conocieron el arte. Debido a que, salvo sus iglesias, casi todo el arte vidigótico es de taller. Pese a ello, y aunque muchos puedan concluir que la calidad artística no es la mejor, la belleza y la sublimación que tienen sus piezas es magistral. Entre otras, las de los tesoros que como el de Guarrazar, que pese a ser joyas, nunca pueden considerarse artesanía. Y es que en el arte visigodo se plantea el dilema de si es más bello lo sencillo y lo simple (carente de recursos), que lo perfecto y lo tecnicamente pleno de conocimientos. Llegándose a la conclusión de que en ocasiones la belleza y la sublimación máxima está en lo más sencillo (y hasta en objetos toscos).
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De lo anteriormente visto, se hace evidente que la formación previa e inicial del artista en el Renacimiento, se hizo en talleres y a la manera artesanal. Entrando casi todos sus componentes de Aprendiz (en la niñez), pasando luego a Oficiales, y llegando -los que pudieran- a Maestros. Siendo este tratamiento "mayor" y de genio, solo para aquellos que por su valía -reconocida por el gremio y por los mecenas y clientes-, llegarían a crear taller propio. Ello implica que el grado de artesano, que se correspondía al de Aprendiz, está implícito necesariamente en el artista. Aprendiz, cuya dedicación fue la de ayudante de taller, quienes trabajaban limpiando y arreglando el oficio, dejando la obras dispuestas para que los superiores comenzaran sus trabajos, mezclando colores y materiales, tanto como "sacando de puntos" las esculturas, o dando fondos en las pinturas. De ello hasta Maestro había un camino en el que tan solo el genio y el ingenio capacitaba a un hombre para crearse una clientela y un taller propio. Pese a lo que prácticamente todo Maestro -comúnmente- se había iniciado como aprendiz en un taller; lo que implicaba que todo artista hubo sido en sus comienzos un artesano (algo que sucede al menos hasta el siglo XVIII y comienzos del XIX).
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Por cuanto venimos exponiendo, en las llamadas "artes espaciales" (escultura, pintura etc), a primera vista, la frontera entre el arte y la artesanía tan solo puede observarse en la calidad de cada obra y en la especialización de cada Maestro o Aprendiz. Debiendo a nuestro juicio considerarse un mal cuadro, artesanía; a la vez que una gran pieza de cerámica -orfebrería (etc)-, hubiera de catalogarse como plenamente artística. De ello, los ejemplos que hemos ido recogiendo en las diferentes fotos que han ido ilustrando esta entrada; en las que podemos observar múltiples casos de artesanía, que son auténticas maravillas artísticas. Mientras, muchas otras que se dicen arte, son claramente piezas de artesanía. Ello es algo que en la arqueología se percibe con pleno entendimiento, habida cuenta de en la gran mayoría de los casos, desconocemos los autores y estamos exentos de prejuicios sociales o culturales, al analizarlas. Muy por el contrario, si hoy se catalogase como simplemente "artesano" a un artista que por su baja técnica y calidad, en el Renacimiento no hubiera llegado más que a Oficial de taller; evidentemente, chocaríamos con los cánones de conducta y valoración social y cultural artística de nuestros tiempos.
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SOBRE Y JUNTO ESTAS LINEAS: Arriba, león del palacio de grajal, perteneciente a la escalera y muy dañado por el tiempo y la barbarie (agradecemos al palacio de Grajal, nos permita divulgar su imagen). Al lado, estatua de ángel sujetando un escudo atribuida a Alonso Berruguete, igualmente destruido por la rapiña (pieza del museo de Zaragoza, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). En ambos casos hemos de plantearnos si estas esculturas son artesanía o arte. En el primero, por ser un simple adorno de una escalera y en el segundo y al haber perdido la figura que había tras las armas, pues pensamos que el escudo fue tallado por los ayudantes de taller de Alonso Berruguete. Pese a ello, bastaría con introducir en una casa, en un museo o en un salón estas dos "piedras", para observar que son arte y arte de primera calidad. Pues en el taller de alta calidad se genera arte, tal y como en una fábrica especializada pueda crearse tecnología de la más alta gama.
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CONCLUSIÓN:
Por cuanto hemos expuesto, nos parecería muy lógico que nos tacharan de ostrogodo y retrógrado, si tratásemos como "artesano" al pintor o al escultor que hoy en día carece de la técnica que se necesitaba hace quinientos años para ser Oficial de taller (no decimos ya Maestro...). Ello, porque el arte se corresponde a una época en la que ya hemos visto como existe un primer proceso de creación, que pertenece al intelecto. Por cuanto lo que no es aplicable es la ecuación: "Alta calidad y técnica = arte"; "baja calidad y poca técnica = artesanía". Ello porque existe la siguiente pauta de valoración del arte, que es la "sublimidad" o sublimación; por la que, objetos, melodías, poemas o creaciones de muy baja calidad técnica, pueden llegar a ser altamente sublimes. Ponemos como ejemplo de nuevo el caso de Van Gogh, cuya técnica era muy inferior a la de muchos pintores de "salones" parisinos, pero cuyo valor y significado es muy superior. Pero si alguno desea discutirnos, traeremos al caso a Francisco de Goya, cuya técnica era pésima al lado de la de Mengs; pese a lo que a casi nadie le impresiona (no le impactaba) el arte de Mengs, frente al que hacía el torpe Pancho Goya.
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SOBRE Y JUNTO ESTAS LINEAS: Arriba, medallones renacentistas que conserva el museo nacional de Cataluña (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Al lado, muñeco o maniquí hecho por el escultor Mateo de Vangorle, para enseñanza médica -se encuentra en la Universidad de Salamanca a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. En ambos casos hemos de plantearnos la misma pregunta: ¿Son los medallones, y el maniquí; arte, o simple artesanía?. Para contestarla bastaría con llevar estos objetos a un salón o un museo y observarlos allí... . Por el impacto que nos causarán sabremos que son claramente obras de arte, pese a haberse creado en un taller y a modo puramente artesanal.

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Del mismo modo, en la música existen infinidad de casos en los que una obra es de una simplicidad absoluta, careciendo de toda técnica, aún siendo aquellas grandes obras de arte. En el caso de lo popular, es flagrante como sus melodías y músicas son ajenas a la técnica y pertenecen a la Historia del Arte. Llegando a haberse demostrado en este arte musical, que el exceso de técnica y de conocimientos (por parte del creador o del intérprete), es lo que precisamente puede generar unas obras manieristas, recargadas y hasta absurdamente creadas; que a nadie interesan y que ni a ningún ser humano provoque sensación alguna.
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De tal manera, muchos podrían pensar que artesanía es todo arte que carece de calidad y técnica; aunque no es así, pues en al arte una de las más importantes funciones es la labor intelectual para ser creado. Consecuentemente, la copia de un cuadro, por muy difícil que sea, puede tenerse claramente por artesanía (al carecer de una actividad intelectual en su proceso creativo). Pese a que el proceso utilizado para copiar el lienzo haya sido muy costoso -desde el punto de vista técnico-; las copias o réplicas, siempre serán inferiores a las obras, cuyo nacimiento se deba a un proceso intelectual profundo (aunque esta carezca de técnica ni de medios artísticos). Ello se comprende perfectamente en el folklore, que es fruto de siglos de depuración del gusto y de las formas, generando un arte popular; que tiene un altísimo proceso cultural e intelectual en su historia. De aquí que nunca pueda definirse como simple artesanía (tal como se acostumbra) al arte popular cuando transciende a las fronteras de lo sublime o de lo bello.
SOBRE Y JUNTO ESTAS LINEAS: Arriba silla de montar de Carlos V, obra del orfebre Desiderius Helmschmid, hacia 1530 (perteneciente al Patrimonio Real, Armería de Palacio a que agradecemos nos permita divukgar su imagen). Al lado, medalla del orfebre Hans Frafft, en conmemoración de la ascensión al trono de Carlos V (Museo Arqueológico de Madrid, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). dejamos en este caso al lector que juzgue si ambas piezas son obras de artesanía o de arte.

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Por último, sabiendo que el arte es un paso más de la artesanía, en el que el creador ha superado la técnica del artesano, o bien ha realizado un proceso de generación basado en una labor intelectual profunda (ajeno a la artesanía). Nos queda por delimitar como puede conocerse y dónde está la frontera definitiva, entre arte y artesanía. Pudiendo decirse que en aquellas creaciones que responden a las técnicas conocidas y admitidas por el academicismo y las escuelas; serán arte, las obras que superan con creces esas técnicas y que por ello se hacen inimitables e inalcanzales para otros. De tal manera, un cuadro hiperrealista, absolutamente perfecto e inimitable en su ejecución, parece que indiscutiblemente sea arte. Del mismo modo, una obra musical que se ajuste a los cánones de las clásicas y tenga tal calidad técnica que se haga imposible de realizar por casi todos, será igualmente arte. Identicamente, la escultura, la arquitectura, la pintura y la literatura creada conforme a los principios académicos, que goce de tales conocimientos y técnicas, y en las que se haga imposible su copia similar (sin conocerse pronto que es una réplica), son indiscutiblemente arte.
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SOBRE Y JUNTO ESTAS LINEAS: Arriba, caliz del orfebre Bernardino de Porres, obra realizada hacia 1496 (Ampudia Palencia, iglesia San Miguel, a la que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Abajo, medalla conmemorativa de Carlos V e Isabel de Portugal, obra del escultor Leon Leoni (propiedad del Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En ambos casos nos planteamos por qué la medella de Leon Leoni se considera comunmente arte, al ser obra de ese conocido escultor. Mientras el cáliz puede catalogarse de "artesanía". Dejamos a juicio del lector que califique de un modo u otro cada pieza.

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Pero aún nos queda el escalón final, que consiste en analizar si son arte, aquellas obras que por su sencillez y simplicidad, carecen de toda técnica y siquiera precisan de conocimientos para su creación. Nos referimos claramente a artes abstractas y a "músicas modernas", que na de considerarse definitivamente artes. Siendo indudable como entre estas obras abstractas o modernas, aquellas que nacen de un proceso intelectual profundo, llegan a tener una repercusión social inigualable. Por todo ello son en un principio, inimitables. Aunque no pueden ser consideradas arte (sinó artesanía) las simples imitaciones de otras obras abstractas o modernas (anteriores). Para comprenderlo mejor pondremos un ejemplo: Un Miró, es arte por haber sido este autor el iniciador de esa estética y estilo. Aunque una obra que imite o haga algo muy similar a Miró, ya solo puede llegar a ser considerada artesanía; puesto que el valor de los cuadros de este pintor está en su proceso intelectual, lo que hace inimitable e incontinuable sus arte. De igual modo se entiende en las canciones del Pop (de gran calidad), prácticamente no pueden ser interpretadas por otros, pues de versionarlas se consideran simplemente una imitación (entrando quizás dentro del campo artesanal y no del arte).
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Por cuanto es muy fácil de comprender que en la música (tanto como en las demás disciplinas) es artesanía, toda obra que carece de una gran técnica, o de una gran labor intelectual para su creación (o interpretación). Estando el límite verdadero entre arte y artesanía, en que el primero es de gran dificultad para copiar, mientras la artesanía nace fundamentalmente de un proceso mimético, por repetición o imitación.

1 comentario:

  1. Estimado sr. Ángel:
    Mi nombre es David Madrazo. Hace aproximadamente un año que estamos siguiendo sus publicaciones sobre el manuscrito de Mota del Marqués y sus leyendas. Me ha alegrado enormemente ver su nuevo blog dedicado a ello y me ha brindado nuevas esperanzas de poder contactar con usted más directamente, dado que el hilo de la asociación ya los habíamos dejado, rogando su contacto.
    si le ruego me envía un email a redaccion@gaipo.es , le explicaré mis motivos hacia ello.
    Le doy las gracias por su atención, esperando le llegue este mensaje.

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